One Direction, la boy band del momento, se presentará hoy y mañana en el estadio Vicente Calderón de Madrid. Como en cada ciudad que visitan, la revolución entre las adolescentes es inmensa. En este caso, las madrileñas fueron más allá: montaron, hace más de dos meses, un campamento en la puerta de la cancha. Con […]

One Direction, la boy band del momento, se presentará hoy y mañana en el estadio Vicente Calderón de Madrid. Como en cada ciudad que visitan, la revolución entre las adolescentes es inmensa. En este caso, las madrileñas fueron más allá: montaron, hace más de dos meses, un campamento en la puerta de la cancha.

Con frío, calor, lluvia, viento y sol, las chicas, de entre 15 y 18 años, se entretienen jugando a las cartas y cantando. Para estar allí faltaron al colegio, mintieron a sus padres, gastaron todos sus ahorros e incluso pasaron hambre -el poco efectivo y los nervios no las dejan pasar bocado-. Algunas llegaron solas y de inmediato se unieron a otras fanáticas que ya conocían de internet o que, simplemente, se encontraron allí. Otras fueron en grupo. Todas unidas por un mismo amor.

El primer grupo llegó el 3 de mayo. Pero debió abandonar el lugar, corrido por los custodios del estadio. Volvieron a la carga el 9 de mayo, y ya no se movieron. Así se formó el llamado «Grupo 1». Luego fueron sumándose adolescentes, hasta superar los 20 grupos, clasificados por el tipo de entrada (Pista A, B, C y D). Aquellos que tienen el privilegio de contar con la entrada Rock Me armaron su propia lista, ya que corren con la ventaja de poder entrar media hora antes que los demás y elegir su lugar. Estos tickets costaban 190 euros; hoy cotizan a 1.000.

Para guardar los turnos crearon un sistema simple pero conflictivo: quien esté allí más horas será el primero en entrar. Para ello, los del Grupo 1 pasan lista aleatoriamente a los demás para comprobar si están o no y contabilizar las horas. Entonces, los restantes grupos decidieron establecer turnos entre sus miembros para siempre poder contestar cuando pregunten por ellos.

El campamento interrumpió sus guardias nocturnas cuando unos presuntos hinchas de Atlético Madrid se acercaron a la zona y lo atacó. Pero fueron retomadas un mes después, el 13 de junio.

Sin baños y comiendo poco y nada, las chicas no la pasan muy bien. Mari Carmen, de Alicante, contó que su hija hace dos días que no come ni toma líquido por los nervios. Desde los servicios de salud le advirtieron que, de seguir así, tendrían que llevarla al hospital. «Yo estoy sufriendo, como madre me dan ganas de agarrarla y decirle: ‘Vamos para casa’. Pero no puedo hacerle esto, es lo más importante para ella. Prefiero que tengan estas pasiones que otras más raras«, contó.

Pilar, de Málaga, comentó: «Yo me alegro por mi hija, de verla contenta, pero por dentro me acuerdo de la madre de los cinco One Directions. Mi hija está obsesionada, es ver a Louis y ‘¡ay cómo le quiero’. Me dice: ‘Mamá, si lloro en el concierto no me vayas a regañar'».

Los padres presentes en el campamento temen que los lugares, tan celosamente guardados desde hace más de dos meses, no sirvan de nada a la hora de ingresar al estadio. «Cuando abran las puertas, agarrará sitio el más listo o el que corra más», opinó Pilar. Pero para las chicas, cualquier espera o inconveniente valdrá la pena.

FUENTE: 20minutos.es

10 de julio de 2014