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06/08/2015

Libros

«La magia no lo puede todo: necesita inteligencia»

Por Barbara Roesler Se presenta como «Fabián Sevilla, el mendocino que vuela en calesita». Y qué mejor descripción para un autor dedicado al público infantil y adolescente, cuya intención es, ni más ni menos, invitar a la imaginación a desplegar sus alas. Hace muy poco acaba de lanzar su nueva colección, Elfos de Pok, de […]

Fabián Sevilla_Elfos de Pok

Por Barbara Roesler

Se presenta como «Fabián Sevilla, el mendocino que vuela en calesita». Y qué mejor descripción para un autor dedicado al público infantil y adolescente, cuya intención es, ni más ni menos, invitar a la imaginación a desplegar sus alas.

Hace muy poco acaba de lanzar su nueva colección, Elfos de Pok, de Editorial Albatros. Las dos obras de la serie, Sangre de Arenas y Manzanas de Fuego, tienen la particularidad de no ser correlativas, lo que permite leerlas en cualquier orden; en tanto, lo que las diferencia de otras obras similares del género fantasy es una mirada puesta en el elfo como personaje central que, lejos de la perfección, es un héroe con defectos, temores y frustraciones.

De fácil lectura y con la capacidad de atraparnos en un mundo mágico, que a la vez nos acerca y nos aleja de otros autores, como Tolkien, Fabián nos sumerge en un continente nuevo, con batallas de poder, intrigas y personajes asombrosos.

LunaTeen charló con él sobre su propia historia y la de los Elfos de Pok:

Sé que desde muy chico te interesaste por la escritura de obras de teatro, pero ¿cuándo nació tu gusto por escribir cuentos y novelas para niños y adolescentes?

Comencé a escribir teatro junto a mi hermano gemelo Ariel, quien es historiador, profe de Historia y también escritor. Nuestra primera obra, una adaptación de El Mago de Oz, se estrenó cuando teníamos 17 años y eso redefinió mi vida: estudié Comunicación Social y comencé a producir contenidos para revistas infantiles. En ese trajín me animé a la narrativa: comencé con cuentos y luego seguí con novelas para niños y adolescentes. Vengo publicando en la Argentina, México y Colombia desde 1997.

¿Qué respuestas has tenido de tus obras por parte de los jóvenes lectores?

Hasta el momento sorprendentes, disímiles, pero afortunadamente de aceptación ya sea en mis libros de terror o humor. No hay un solo lector ni una única lectura de lo que uno escribe. Siempre digo que hay tantas lecturas como lectores y tantas lecturas como un mismo lector hace de un libro cada vez que lo lee. Estoy en contacto permanente con los lectores, me mezclo entre ellos, les pido críticas, ideas y creo que así voy conociéndolos y comunicándome para luego sentarme a escribir aquello que supongo puede gustarles, pero también gustarme a mí como autor.

¿Qué diferencias encontrás entre el primer libro que escribiste y el último?

Muchísimas, por eso no leo mis libros una vez publicados. Si no caigo en eso de «ay, esto lo hubiera escrito así». Eso sí, me propongo que cada nuevo libro no se parezca en nada al anterior: no me preocupa tanto el no tener un estilo como el llegar a repetirme y cansar al lector o aburrirme como escritor. Por eso, busco saltar a otros géneros que me impongan un desafío. Un ejemplo es la serie Elfos de Pok: el fantasy era un género que conocía como lector y que me propuse transitar como autor.

¿Es distinto encarar la escritura de una obra de teatro que la de un cuento o novela, desde el punto de vista de la estructura de trabajo?

Cada una nace de una manera diferente, pero me ha ocurrido que mientras voy escribiendo una obra de teatro me digo «esto funcionaría mejor como cuento» y lo reinicio como una relato. Muchas novelas mías, por ejemplo El viernes que llovió un circo (con la que gané el premio El Barco de Vapor 2013) comenzó como un cuento que «me fue pidiendo» ser novela y le hice caso…

Contame un poco sobre la nueva colección, Elfos de Pok. ¿De qué tratan los libros?

Es una serie con los mismos personajes y escenarios, pero cada novela es independiente entre sí. Sangre de Arenas y Manzanas de Fuego tienen como protagonistas a elfos con un don especial, que viven en un continente donde desde la llegada de reyes foráneos se alteró el orden natural. Quise revisar la imagen del elfo literario: no suele ser protagonista y siempre es perfecto; estos elfos son protagonistas, heróicos pero con defectos, temores, frustraciones. Me propuse también hacerlos vivir aventuras encadenadas de modo que el lector viva mucho mientras lee, de modo que el final sea algo necesario pero no un destino al cual llegar.

¿Qué te hizo llegar hasta el género fantasy?

Las ganas de transitar otros género (ahora acabo de debutar en la novela gráfica y en breve saldrán cuatro novelas históricas co-escritas con mi hermano). Soy un fan del cuento maravilloso y siempre quise darle un toque épico a esos relatos. Si bien soy un lector de Tolkien, mi formación como lector y escritor de fantasy se vio motorizada por la obra de Úrsula Le Guin y su majestuosamente admirable Saga de Terramar; también, las sagas de la alemana Cornelia Funke, en particular Reckless.

¿Qué le dirías a un adolescentes que quiere comprar tu libro? ¿Con qué se va a encontrar?

Le diría que se sumerja en otra visión de los mundos épicos fantásticos, donde la magia no todo lo puede y aquellos que poseen el don mágico también deben usarlo con inteligencia. Los Elfos de Pok tienen diferentes poderes (llamados gignoskos) vinculados con los elementos naturales (fuego, agua, tierra, aire y luz), pero sobre todo son inteligentes: saben cómo y cuándo usarlos para enfrentar al enemigo o algún peligro. Considero que esa es la novedad de la serie: pretende acentuar la idea de que la magia necesita inteligencia, si no es algo que se desperdicia.

Si querés saber más de la obra de Fabián y sus Elfos de Pok, entrá en http://fabianelcalesitero.blogspot.com/

06 de agosto de 2015