Samantha Siqueiros, Stefano Ollivier, Isabella Castillo, Leo Deluglio y Scarlet Gruber estuvieron con nosotros, como pudiste ver en el FB Live que hicimos ayer a la tardecita y que podés volver a mirar en facebook/Lunateen. Ahora te vamos a contar el detrás del video para que los conozcas un poco más.
Los chicos están de gira promocional de Vikki RPM, la tira que estrenó Nickelodeon esta semana y se emite de lunes a viernes a las 19. Ambientada en el mundo de los kartings, plantea un amor al estilo de Romeo y Julieta.
Vienen de Colombia, adonde llegaron luego de terminar de rodar el último episodio de la primera temporada (con la esperanza de que la serie guste y tenga una segunda parte).
Algunos llegaron muy resfriados por el clima del avión, y todos tuvieron poco tiempo para descansar. Pero no se les nota porque están tan entusiasmados con el programa que tienen todas las pilas puestas en dar notas y mostrar lo bien que se llevan entre ellos.
Hacen bromas, se cuidan mutuamente y hasta se cargan como si se hubieran conocido de toda la vida. Isabella, que ya estuvo varias veces en nuestro país y oficiaba de anfitriona junto a Leo (que es argentino) estaba feliz porque hoy iban a hacer un recorrido por Buenos Aires (acompañados por las cámaras de TV) así los chicos podrían conocer la Capital. «¡Y tomar un elado, los de aquí son más ricos que los italianos!»
Además, Isabella está feliz con su personaje Rox porque de «es la primera vez que puedo andar con ropa suelta y zapatillas. Me encantan los jardineros, ¡y ahora están de moda!». Samantha es la más nuevita porque este es primer trabajo en TV, así que es la más callada. Le sigue en silencioso Stefano, a quien encontramos parecido a Robert Pattinson en su época de Harry Potter y ya se ganó el apodo de Cedic. Sólo que Stefano es más lindo. Ah, y al mediodía fue a almorzar al restaurante del hotel en el que se alojan y pidió que le recomendaran un corte de carne: «No sé que era pero estaba riquísimo!«, contó.
Scarlet es un sol de persona, y es abracera: le encanta abrazar a todo el mundo como a nosotros. Y Leo, pese a estar completamente engripado, no perdió la calidez ni la buena onda en ningún momento. Lo cargaban para que hablara en porteño y, por supuesto, les dio el gusto a sus compañeros.
Realmente fue un placer compartir el rato con ellos y conocerlos más allá de sus personajes.
Pato Daniele
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