Por Barbara Roesler Echar mano a los juegos de mesa siempre es una alternativa no sólo divertida sino saludable. Cuando somos chicos, tienen como función estimular ciertas cualidades cognitivas lógicas y lingüísticas. ¡Pero no pienses que al crecer no te van a servir para nada! Juntarse con amigos alrededor de cualquier opción tradicional -como el […]

Por Barbara Roesler

Echar mano a los juegos de mesa siempre es una alternativa no sólo divertida sino saludable. Cuando somos chicos, tienen como función estimular ciertas cualidades cognitivas lógicas y lingüísticas. ¡Pero no pienses que al crecer no te van a servir para nada! Juntarse con amigos alrededor de cualquier opción tradicional -como el Monopoly, el Juego de la Oca, el TEG o el ajedrez, por nombrar algunos- es un buen plan para una tarde o noche del fin de semana. Según opinan los especialistas, es una forma sana de pasar un buen rato y hacer amigos, además de continuar desarrollando ciertas funciones lógicas y creativas que te servirán en el futuro, a la hora de encarar tu propia vida.

LunaTeen charló con Florencia Bagnardi y Agustina Fagalde, creadoras de Mundo PI, una empresa que desarrolla juegos pensados para adolescentes como vos.

¿Qué juegos comercializan, específicamente, para el público adolescente?
Casi todos nuestros juegos son para el público adolescente (excepto el «Rompe Rutina» que es para parejas afianzadas), pero los que más «pegan» en los adolescentes son «El Descongelador», «El Barquito» y «Que Cante el Gallo». Estos tres suelen jugarlos en reuniones y preboliches, ya que ayudan a romper el hielo y a que los jugadores se conozcan de una forma diferente y divertida.

¿Qué habilidades interpelan y buscan reforzar?
Lo que tratamos de generar son encuentros más genuinos, donde la gente se conecte realmente con los demás. Es muy común, sobre todo en los adolescentes, que estén muy atentos a las redes sociales y eso hace que estén poco presentes y sea más difícil que suceda el encuentro. Con nuestros juegos intentamos que haya una interacción distinta y que cada uno pueda expresarse y mostrarse como es, generando un ambiente distendido y divertido. Tratamos de eliminar el juicio, las poses y las estructuras para que aparezca el verdadero ser de cada uno.

¿Consultaron a algún especialista a la hora de pensar estas actividades para los adolescentes?
No consultamos a un especialista, pero ellos llegaron a nosotros. Sin darnos cuenta, nuestros juegos tienen una gran dosis psicológica de por sí, aunque ninguna de nosotras haya estudiado carreras relativas. Esto es porque varios de nuestros juegos buscan resolver alguna problemática a través de desafíos y disparadores como es el caso del «Descongelador», que intenta romper barreras entre las personas y reírse de uno mismo. Hay colegios donde los usan, sobre todo en Tutoría, como una herramienta para generar un vínculo entre los compañeros y evitar el bullying. También los usan en diversos grupos de terapia.

¿Qué respuestas han tenido de los chicos?
La devolución del público es muy variada y responde a cada personalidad. En general les divierte mucho la novedad de la propuesta del juego y que tenga una alta dosis de desafío. Eso que les gusta muchas veces también les genera incomodidad, y eso es lo que buscamos con «El Descongelador»: transitar esas sensaciones para poder después liberar algo de vos que te guste o no, pero el hecho de hacerlo en el marco de un juego es lo que lo hace una experiencia divertida. Es una forma de darnos a conocer «sin anestesia», y a todos, en el fondo, nos gusta poder ser y aceptarse tal cual es.

01 de octubre de 2015