Estudiantes de colegios públicos secundarios de la Capital contaron a Luna teen por qué se animaron a tomar las escuelas, cómo vivieron la toma en sus escuelas, cómo fue el día a día y mucho más. También hablamos con gente que estuvo en contra y nos explica por qué.
La idea original era armar un encuentro donde estudiantes de colegios secundarios de la Capital se juntaran a debatir por qué apoyaron la toma de las escuelas públicas o por qué no. Pero fue imposible: la necesidad de preservar el anonimato, así como las presiones internas que sufrían los chicos llevaron a que hagamos las preguntas por separado. Así fue como ninguno de los entrevistados quiso dar su apellido ni sentarse cara a cara con estudiantes de otros colegios. Igual, pudimos hablar con Lucas, Tomás y el Ruso (4º año del Colegio María Claudia Falcone de Caballito). También charlamos con Mariana y su amiga, Lara (5º año del Normal 5) que prefirieron no dar sus nombres verdaderos. En general, los chicos declararon tener miedo, ya sea por represalias de las autoridades o de sus compañeros.
Para que se entienda: en su pico máximo, un total de 30 escuelas secundarias se adhirieron a las tomas y al momento del cierre de este nota seguían adheridas unas 7. El detonante fue el mal estado de las escuelas municipales que se transformó en un masivo reclamo estudiantil que tuvo como primera manifestación la toma de escuelas, y como consecuencia, 2 marchas: el 7 y el 16 de septiembre.
Luna teen – ¿Cómo es la toma a nivel cotidiano?
Lucas, Tomás y El Ruso – Nosotros armamos comisiones, grupos de 7 personas para ser organizados en cuestión limpieza, finanzas, seguridad, para estar todos seguros y tranquilos; la de Recreación, que se encarga de talleres, charlas, debates, para nutrir la cultura de los chicos, y la de Pintura, que se encargó de hacer murales para darle un poco más de vida a este edificio provisorio.
Mariana – Para comer por ejemplo se turnaban para ir a sus casas o hacían arroz en la escuela. En cuanto a la higiene fueron unos chanchos, ya que dejaron todo hecho un chiquero. Fumaban y había colillas por todas partes. Un desastre, una desorganización total.
La nota completa la encontrás en tu Luna teen de octubre 2010!
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