Hay un nuevo juego de mesa en el mercado local, y además es argentino. Se llama Sand, y fue diseñado por Ariel Di Costanzo y Javier Pelizzari e ilustrado por Ernest Sala para Devir. Los jugadores se aventurarán en un vasto desierto lleno de tesoros ocultos, peligros inesperados y oportunidades de forjar nuevas alianzas.
Cómo es el juego
La gente se refiere a este vasto lugar sólo como desierto, ya que nadie recuerda lo que había aquí antes. La edad de oro del ser humano ya pasó. Ahora sólo queda arena y la única esperanza está en la humedad. Los viajeros cruzan el desierto que se extiende desde las laderas de las montañas Akaishi hasta los acantilados de Seaclaw. Las ciudades antiguas, medio en ruinas, son el hogar de las últimas comunidades humanas que luchan por sobrevivir buscando lo poco verde que queda en pie.
Estos viajeros del desierto transportan mercancías a lomo de sus orugas. Aunque su único objetivo es ganar todo el dinero posible, al mismo tiempo y de forma más o menos deliberada, están ayudando a devolver la vida al desierto llevando pequeñas plantas desde los invernaderos artificiales de las ciudades hasta los rincones más recónditos de este océano de arena.
La empresa tiene otros títulos populares como Catán y Carcassonne, que se han convertido en imprescindibles en la mesa familiar o para divertirse con los amigos.
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