Por Tobias Hanraths (dpa)
El escenario es una montaña sin nombre en alguna parte del noreste de los Estados Unidos, donde unos estudiantes quieren celebrar una fiesta. Pero algo sale mal y al final desaparecen dos de los diez amigos. Un año después, los supervivientes se encuentran en el mismo sitio para recordar a sus amigos y para volver a celebrar.
Pero poco después empiezan a pasar cosas extrañas: ¿Por qué no hay electricidad? ¿Quién está en el bosque? ¿Y qué son esos sonidos extraños que proceden del sótano?
Until Dawn, de Sony Computer Entertainment, es un videojuego en el estilo de The Walking Dead y Heavy Rain. Lo central no es el juego en sí, que constituye en lo esencial en ir de un sitio a otro, analizar y recabar indicios y en escenas de acción con pruebas de reacción: «¡apretar el cuadrado ahora!». Lo importante es la historia y la atmósfera, inspiradas en películas de terror como Scream y Saw.
Todo empieza ya con los personajes, entre los que uno va saltando a lo largo de la trama: tanto el bromista sensible como la niña tímida e inteligente y la reina del baile no tan lista, todos lugares comunes que el jugador ya conoce del cine. Tampoco los escenarios ganan un concurso de originalidad, pues se trata de una cabaña solitaria, un hospital psiquiátrico abandonado y una mina cerrada.
El hecho de que Until Dawn funcione pese a ello se debe a varios motivos. Primero, que la historia es entretenida a pesar de todos los clichés. Lo segundo es que técnicamente el juego impresiona: cuando los personajes recorren un pasillo oscuro con una linterna, algo que hacen constantemente, se genera un ambiente fantasmagórico gracias a efectos de luz muy auténticos. Y el elaborado sonido de la orquesta de la banda de sonido hace el resto.
Los rostros y voces de los personajes son de actores reales, entre ellos un par conocidos como Hayden Panettiere (Héroes) y Peter Stormare (Fargo). Sin embargo, la digitalización no funciona del todo. Por momentos, la mímica y los gestos son muy realistas y por momentos no, parecen como de máscaras.
Pese a ello, el jugador se encariña con el tiempo con los personajes, sobre todo porque es el responsable directo de su destino. A lo largo del juego hay que ir tomando decisiones: ¿el largo camino por el bosque o el atajo? ¿dar rienda suelta a los celos por la ex novia o mejor callarse? ¿Salvar al amigo o ponerse a salvo? Incluso las situaciones aparentemente más triviales tienen enormes consecuencias que sólo se descubren horas más tarde, en lo que los creadores del juego denominan «efecto mariposa».
Qué personajes y cuántos siguen con vida al final es decisión del jugador. Y por eso Until Dawn divierte también cuando se lo juega por segunda vez, algo que además es necesario ante una historia que dura entre seis y siete horas (a un precio de unos u$s67).
El juego se editó para PlayStation 4 y ha sido calificado como «solo para adultos» por la típica violencia brutal del género, sobre todo en el último tercio de la trama.
FUENTE: dpa
22 de septiembre de 2015
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