No compres lo primero que ves en la perfumería, tenés que elegir la que se adapte mejor a tu tipo de piel. Fijate.

En la adolescencia es común que la piel esté muy grasa o se ensucie fácilmente, por eso es tan importante que utilices los productos de limpieza y cuidado correctos. Lo importante es que, si tenés el cutis seco (que se escama o es áspera al tacto), uses cremas grasas mientras que las pieles grasas (brillosas y con puntos negros) requerirán de cremas más bien humectantes.

Por lo general, para lavarse la cara es suficiente el agua de la canilla. Una vez al día podés aplicar un gel de limpieza liviano, que es menos alcáico que los jabones y no destruye la protección ácida natural de la piel.

Es importante limpiar bien el rostro, sobre todo antes de maquillarse. El agua tibia ayudará a desengrasar la superficie.

Si están saliendo muchos granitos, no está de más visitar a un dermatólogo para que te asesore sobre el acné en tu tipo de piel. Puede que la crema que estás usando cause un efecto
contraproducente.