Por Michael Zehender (dpa)
Así que aquí estaba de pie Cameron Diaz cuando dijo «sí» en La boda de mi mejor amigo. Una y otra vez, turistas sacan la cámara y fotografían la más bien insignificante iglesia en la Magnificent Mile de Chicago, en los Estados Unidos. Fourth Presbyterian Church, Cuarta Iglesia Presbiteriana, es su nombre completo.
Las primeras películas fueron rodadas a comienzos del siglo XX en Chicago. Mucho antes de que Hollywood se convirtiera en el centro de la industria cinematográfica, abrieron en Illinois los Estudios Essanay. Incluso Charles Chaplin vivió y trabajó en Chicago. «Fue una de las grandes estrellas de la industria cinematográfica de aquí», recuerda John Popik, quien hace de guía voluntario para turistas.
Chaplin rodó en la ciudad tres filmes en seis meses, antes de abandonarla y trasladarse a Los Angeles. Según cuenta Popik, el clima allí le resultaba demasiado frío.
Pero aún hoy, Chicago sigue siendo sede de rodaje de películas, sobre todo en los Estudios Cinespace. Las razones son más bien mundanas: «Resulta más barato rodar un filme en Chicago que en Los Angeles o Nueva York», asegura nuestro guía, quien hace referencia sobre todo a los honorarios más bajos que se pagan a todos aquellos que trabajan detrás de las cámaras. Además, la reserva de actores en Chicago es enorme. En la ciudad hay más de 200 teatros.
La gira por el Chicago cinematográfico comienza en su Centro Cultural, que funciona como librería y también es utilizado como escenario de los filmes más diversos. «Unos lo usan como tribunal; otros, como ayuntamiento, eso es lo genial en el mundo del cine», afirma Popik. Legendaria es la escena de Los intocables en la que Robert de Niro baja la impresionante escalera de, justamente, ese centro cultural.
Muchos viejos escenarios de películas han cedido su ubicación a rascacielos, pero en uno de ellos ya ha sido rodada una de la nueva generación. En el vestíbulo del Illinois Center West crearon los autores de Batman Dark Knight el departamento de Bruno Díaz. En la planta baja, pantallas en las ventanas trataban de simular que se trataba de un ático.
Los rascacielos de Chicago también aparecen en Transformers, aunque su papel es menos agradable. Sus cornisas volaban por los aires, aunque por suerte sólo gracias a los efectos especiales. Para el rodaje se cortaron durante días varias calles de la ciudad, entre ellos el Wacker Driver, la avenida subterránea que pasa por el río Chicago, en la que se produjeron frenéticas persecuciones y numerosas explosiones. «A los turistas les alegra siempre ver a la ciudad revolucionada por una película. Los vecinos, sin embargo, se enfadan», cuenta el guía.
Uno de los edificios más famosos de Chicago es la sede principal de un imperio de chicles: en el filme Beginning of the end (1957), por muchos probablemente olvidado, saltamontes gigantes trepaban por la fachada del Wringley Building. Se trató de unos efectos especiales de lo más baratos. Por falta de presupuesto, se pegó a los saltamontes sobre fotografías del edificio y se los fotografió fotograma a fotograma.
En una gira por el Chicago cinematográfico no puede faltar en ningún caso el Millennium Park. «En Transformers 3 volaban por aquí naves espaciales», dice Popik.
Y naturalmente también tiene una aparición estelar en una película la escultura gigante del Cloud Gate, por muchos llamada sin más «el frijol»: Sandra Bullock espera aquí a Keanu Reeves en La Casa del Lago.
¿Y qué películas le gustan a John Popik.? «En verdad prefiero filmes europeos, no tanto los blockbuster de Hollywood. Pero naturalmente me encantan todas las películas rodadas en Chicago», afirma.
FUENTE: dpa
07 de octubre de 2014
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